En el "Informe Mundial sobre la Violencia y la
Salud" de 2003, la OMS propone trabajar con lo que llama modelo ecológico,
queriendo indicar que considera distintos aspectos que concurren en un hecho;
en este caso, debiéramos aplicarlo en la indagación sobre las diversas situaciones
de violencia.
En el nivel individual, se consideran los factores biológicos, la historia personal, factores psíquicos como
la impulsividad, factores educativos
como bajo nivel educativo, abuso de
sustancias psicotrópicas y factores sociales como haber sufrido maltrato escolar o en el barrio. En palabras de la OMS, “este nivel del
modelo ecológico centra su atención en las características del individuo que
aumentan la probabilidad de ser víctima o perpetrador de actos de violencia”.
En el nivel
relacional, se indagan las relaciones de la persona en cuestión, con sus
más cercanos: familia, pareja, amigos. Es interesante los principios que de aquí se
deducen: 1º Compartir el domicilio con un agresor puede aumentar las
oportunidades para que se produzcan encuentros violentos 2º los jóvenes tienen
muchas más probabilidades de involucrarse en actos violentos cuando sus amigos
promueven y aprueban esos actos. Algo
que es evidente para el sentido común, actualmente pareciera que no lo es; pues
vemos a diario como las parejas mantienen su relación a pesar de la violencia
constante entre ellos y la imagen que están proyectando en los hijos.
En el nivel
comunitario, se indaga la escuela,
barrio y lugar de trabajo, como posibles fuentes de violencia. Se considera más expuestos a la violencia
quienes viven en comunidades contaminadas por el tráfico de drogas, el
desempleo, el aislamiento social. Hoy
sabemos que la violencia invade todo nivel de ámbitos.
En el llamado nivel
social, se alude a los diversos factores u organizaciones que propagan la
violencia, la aceptan, enmascaran o reducen las inhibiciones contra ella y
generan tensiones irreconciliables entre diferentes grupos o países.
Del documento
mencionado, destaco el siguiente párrafo que expresa la complejidad del
fenómeno de la violencia (recuerden nuestras primeras páginas):
“Si
bien algunos factores de riesgo pueden ser exclusivos de un tipo particular de
violencia, es más común que los diversos tipos de violencia compartan varios
factores de riesgo. Las normas
culturales predominantes, la pobreza y el aislamiento social, así como el
alcoholismo, el abuso de sustancias psicoactivas y el acceso a armas de fuego
son factores de riesgo en relación con varios tipos de violencia. Como
resultado, no es inusual que algunas
personas en riesgo en cuanto a la violencia experimenten varios tipos de
violencia.” (Ob. Cit. P. 18)
Este documento,
en su generalidad está bien; pero vamos un poco más allá. Instalémonos en los factores sociales y
preguntémonos por qué tienen éxito quienes promueven la violencia; por qué, por
ejemplo, proliferan las sectas de suicidio y de asesinato, las redes
internacionales de prostitución infantil, la venta de niños para órganos, el
sacrificio de animales… Recordemos el caso de Guyana, donde a instancias del
Gurú Jim Jones, líder de la secta “El Templo del Pueblo”, se suicidaron 600
personas y, en Waco, alcanzaron a morir quemados 87 seguidores de David Koresh;
mientras el líder de “Verdad Suprema intoxicó a 500 personas y 12
murieron. En Estados Unidos, Chris Korda
funda, en 1992, la Iglesia de la
Eutanasia, sobre cuatro pilares: suicidio, aborto, canibalismo, sodomía. Su frase emblema es “Salva el planeta,
asesínate” o “Come personas, no animales”
lo que pueden comprobar en su propia página web, de la cual transcribo:
“No hagan que sus cerebritos ya reducidos sin
ayuda de los Jíbaros sufran más y dejemos que el/l@ propi@ Reverend@ Korda
conteste: "La Iglesia de la Eutanasia puede considerarse como la única
religión anti-humana del mundo. Es similar en algunos aspectos a sus
organizaciones hermanas, la VHEMT (Voluntary Human Extinction Movement;
traduzcan, que a mí no me apetece) y el GLF (O frente de Liberación de Gaia,
que no tiene nada que ver con Chueca, por cierto)." Prosigue Korda,
"La Iglesia de la Eutanasia (a partir de aquí LIDLE, que me canso), busca
restaurar el balance entre humanos y el resto de especies no-humanas (de la
Tierra) por medio de la reducción voluntaria de población. La Iglesia tiene
sólo un mandamiento, "NO PROCREARÁS" (hala), y cada miembro de la
Iglesia hace voto de por vida de no procrear. Los cuatro 'Pilares' de la LIDLE
son Suicidio, Aborto, Canibalismo y Sodomía, y todos ellos son
opcionales."
Para Kora su “Iglesia de la Eutanasia” es “una fundación
educativa destinada a restaurar el equilibrio entre los humanos y el resto de
las especies de la Tierra, a través de una reducción voluntaria de la
población” (Ibíd.) Su primera campaña
fue lograr que 1.000 personas se suicidaran antes del 2000, Cuentan con una línea telefónica de asesoría
para suicidarse con estilo, como lo hacen los famosos… Otros, promueven una Tercera Guerra Mundial;
el Dr. Humphry triunfa con su manual del suicido “Final Exit”
Insisto en mi
pregunta ¿Qué lleva a las personas a
seguir estas ideas de violencia; incluso contra sí mismo(a)? La violencia abunda… incursiona a través
de diferentes vías; también entretiene: juegos, deporte, arte, cine…
Volvamos al nivel comunitario… escuela, barrio, trabajo
¿Qué decir al respecto, si las noticias nos hablan de niño muere en el
Transantiago, cuando la bala atraviesa al joven de 15 años al cual iba
directamente dirigida… A Kevin le corta sus extremidades alguien que corre a
toda velocidad, en medio de la ciudad y ebrio; choferes manejando drogados o
sin el descanso necesario; asaltos, destrozos por doquier, violaciones,
bullyng… Miremos un poco más allá de nosotros y nuestras calles, escuelas y
casas: mascotas abandonadas, animales torturados, bosques quemados, aire
enrarecido…
Volvamos al
llamado nivel individual pero para
ir a otro nivel más profundo: el nivel
de la intimidad… soledad por abandono, dignidad no respetada, intimidad y
privacidad pasadas a llevar por otros o comercializadas por la propia persona,
reducción de la persona a un número, cosificación del ser humano a algo que
vale en la medida que el envoltorio se hace llamativo: te conviertes en cuerpo
para estar a la moda y tener un espacio junto a los demás o corres el riesgo de
ser discriminado…
Una atmósfera de
antagonismos se transforma en el escenario diario: te acepto o rechazo y el
rechazo significa aislarte, impedirte el paso, despreciarte: sin
reconciliación, sin perdón; pues en el medio de la batalla el más fuerte gana:
o yo o tú: somos enemigos, eres mi competencia, eres un obstáculo para mi
triunfo y debo sacarte del camino: te odio.
¿Podemos detener la violencia? Sí; pero antes que te vuelva
un desalmado; pues ello es lo que provoca el odio. El odio se da en un alma donde se ha
ausentado por completo el amor; estamos ante un ser envilecido… Mientras el
amor es la capacidad de encontrarse consigo mismo y con el otro para agradecer
la existencia de ambos, disfrutar de su presencia, ser feliz haciéndole feliz;
mientras el amor es benevolente, pues desea el bien del amado y es feliz si en
ello colabora; el odio desea la destrucción del otro, sin importar la
destrucción propia. Quien odia es feliz
si ve al otro derrumbado, si el odiado está mal, si sufre… Quien odia, está
triste si el odiado está bien… El odio
es producto de la envidia y ésta del desamor.
Y aquí está la clave de todo:
nos hemos olvidado de amar, nos hemos olvidado de enseñar a amar y, por lo
mismo, no somos capaces de crear ámbitos de amor; ni en la casa, ni en el
barrio, ni en la escuela, ni en el trabajo, ni a través de los medios de
comunicación, ni de los juegos… Porque
para odiar y destruir no tengo que valorar lo que destruyo, pero tampoco
valorarme yo; no tengo que amar ni amarte; porque al mismo tiempo que te
destruyo y, por ello mismo, me destruyo.
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