viernes, 27 de septiembre de 2013

3.1 Filmografía para la paz


            La finalidad de estas páginas es entregar un listado - siempre perfectible-  de películas que se pueden proyectar para educar en la paz.  Hay un principio que el educador siempre debe cumplir: Antes de proyectar un film en alguna de sus Aulas, debe haberlo visto, analizado y trabajado; no sólo para orientar a sus educandos sino para asegurar su pertinencia; de acuerdo con el nivel de madurez, edad, circunstancias socio afectivas, creencias, acontecimientos biográficos e históricos, desarrollo moral.  Proyectar un film sobre el aborto, drogadicción, alcoholismo, por ejemplo, implica una serie de orientaciones previas y preparación de un público adolescente o juvenil,  en el que es posible que algunos-as hayan sufrido situaciones similares a la mostrada en el film.  De este modo, no sólo podrá guiar provechosamente el cine foro posterior al visionado del film; sino que asegurará su pertinencia, evitando posibles daños irreparables que podrían provocar algunos filmes; no porque ellos sean inmorales sino porque el espectador se encuentra en un estado emocional débil.  Recuerde que el espectador es una persona que se hace partícipe de la trama de la película, a través de los fenómenos de la identificación y proyección psicológicas.  

            En un pequeño, simple por su lenguaje pero claro e interesante libro, Luis Campos Martínez  decía: “Las imágenes se imponen directamente a cada individuo, con una gran dosis de verdad; la participación es intensa y por eso mismo peligrosa si no es controlada”. El cine puede mover fácil e intensamente las emociones y, con mayor intensidad, a un espectador no educado en el lenguaje del cine: risas, miedos, llanto, nerviosismo, odios, idolatrías, simpatías…  Siempre recuerdo el llanto que estalló en medio de la oscuridad y silencio de la sala de cine…Era mi hijo de cuatro años, que con sus ojos fijos  en la pantalla, veía que la mamá de Dumbo era apresada… Pronto, empezaron otros niños a llorar y el público a susurrar “Pobrecito…”, dando con ello más fuerzas a sus llantos.  Es el contagio social de las emociones que, generalmente, actúa de forma inconsciente, según la psicología de masas. No se trata de quitar la magia, emoción, sensibilidad que es bueno desarrollemos todos; en este sentido el cine puede ser excelente, se trata de “sacar al espectador del sueño hipnótico en que lo ha colocado el filme, de sacudir su pasividad ante el río de imágenes y de sonidos (agreguemos ahora, de efectos especiales) que lo han sumergido; se trata de equilibrar sugestión y fascinación; que pueden sin duda disminuir el sentido crítico.  Se trata de no caer en la emoción de un momento que, luego de pasado, no nos deja nada… Se trata de, a través del cine –del buen cine- reflexionar sobre los afectos y pasiones, virtudes y vicios, respeto e intolerancias, egolatrías y sacrificios, amores, odios y envidias que nos mueven entre la violencia y la paz.  Se trata, finalmente,  de dialogar con los personajes fílmicos; discutir la interpretación que damos a las más diversas situaciones, mensajes y visión de mundo que nos propone el director de la película.

            En la filmografía (Cf http://aulaseduca.blogspot.com/ ) encontrará películas vinculadas con el urbicidio, violencia urbana, violencia intrafamiliar y en la pareja, violencia escolar y líderes de la paz.  En la linkografía y redes, encontrará material para profundizar en estas temáticas que, en el Capítulo I.6 “Tipología de la violencia”,  sólo bosquejo.
            Por último, quiero realzar una idea: En la oscuridad, realza el resplandor de la luz; análogamente, en medio de la violencia destacan los seres de paz.  Por ello, a través de los filmes propuestos y sus escenarios de destructiva violencia, podemos enseñar a descubrir, vivenciar y anhelar los halos que irradian los cultivos de la paz.  

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